Tenía ganas de tener mis rutinas, mis quehaceres diarios, mis momentos... cuando se es más libre el tiempo tiende a escurrirse, cayendo en una sensación de vanalidad y sinsentidos, sin horario fijo, con obligaciones que uno mismo se impone más allá del orden lógico establecido.
Ahora tengo lo que ansiaba...¡pues jódete!
¿Qué os parece? A mí desde luego me ha llegado muy profundo.