Este fin de semana pasado fuimos al cine a ver El Laberinto del Fauno, de Guillermo del Toro.

Las estadísticas no engañan: hubo bastantes personas que decidieron salir del cine en medio de la película, y del grupo de 4 que fuimos, 3 salieron desencantados.
Esa es la palabra:
desencantados. ¿Y por qué? El trailler de la peli prometía
Fantasía: