Cierras los ojos. Tu suspiro evoca
los grandes sueños siempre imaginados.
Me dejo llevar en tu espuma blanca,
bálsamo en agua, viajero endiosado,
tus labios que rozan
con letras que nadan
en un suelo firme que se esfuma anulado.
Sueño en tí; mi fértil tierra tu lona
cubriendo picos y cumbres para hacerlo llano;
no hieren ni inciden, llanura de calma
donde la melodía canta su dulce reclamo.
Del piano las notas
que en mi voz enlazan
ese castillo tuyo en el centro de mi lago.
MMA Tmda. 28-9-05
D.a. J(m)